El sueño que no llega

Hemos terminado la jornada y lo que queda del día, aunque breve, suele convertirse en una recompensa: una cena agradable, un baño reparador, una conversación tranquila…cada uno elige su manera de quitarse los efectos del estrés. Si a esto se le añade dormir a pierna suelta hasta que vuelve a sonar el despertador, probablemente nos desenvolveremos felizmente durante la semana, pero ¿qué pasa cuando no es así, cuando nos desvelamos, cuando sufrimos insomnio?

En ocasiones el insomnio es responsable de importantes estados de ansiedad y estrés, y a veces no se debe a preocupaciones concretas, sino a malos hábitos, que, como en otras facetas e nuestra vida, llevan a una peor calidad de vida.

Dormir poco puede degenerar en problemas a nivel físico y psicológico: provoca somnolencia, afecta a la memoria y al rendimiento físico e intelectual; nos lleva a cambios de humor, incluso, a estados alterados de conciencia.

Así pues, si la escasez de sueño se ha instalado en tu vida, te invito a desecharlo realizando una buena “higiene del sueño”, es decir, incorporando buenos hábitos que inviten a Morfeo a que de nuevo te acoja entre sus brazos.

El insomnio es una causa directa de ansiedad y estrés

Lo que debes evitar para prevenir el insomnio:

  •  No tomar estimulantes: no beber alcohol al menos 2 horas antes de ir a dormir, ni café, ni tabaco al menos 6 horas antes. Cenas copiosas, el chocolate o gran cantidad de azúcar también te estimularán.
  • Intenta no activarte mucho en las 3 horas antes de irte a dormir:

– El ejercicio físico excesivo, cercano a la hora de ir a la cama, es otra causa de insomnio.

– Las películas excesivamente estimulantes (acción, violencia etc.) o usar Internet tampoco ayuda, pues impiden que tu sistema nervioso se relaje de forma natural.

  • Si no puedes dormir, no te obsesiones, lo único que provocarás será aumentar tu ansiedad. Lo mejor es levantarse, no mirar el reloj para no agobiarte y hacer algo relajante: leer, escuchar música tranquila…
  • Evita, en lo posible, la siesta, y si la tomas que no sea de más de 25 minutos.

Entre las recomendaciones para seguir una buena higiene del sueño están:

  • Regular horarios. Levantarse y acostarse a la misma hora diariamente te ayudará a estabilizar tu ritmo circadiano del sueño y la vigilia, que evitará que te desveles.
  • Relajarte antes de ir a dormHacer actividades relajantes antes de irse a dormir favorece el sueño reparadorir. Con la actividad que más te apetezca. Se trata de desactivar tu organismo poco a poco y ayudar a tu cerebro a emitir ondas lentas que son la antesala del sueño reparador.
  • Dormir en un espacio que favorezca la relajación: cálida temperatura, luz tenue y ausencia de ruido y que ese espacio sea exclusivo para dormir o tener relaciones íntimas.
  • Dedicar un tiempo, lo más breve posible, antes de acostarte, a expresar tus preocupaciones, para que no te asalten cuando estés durmiendo.
  • Practicar ejercicio con regularidad, nunca antes de acostarte. Está demostrado que favorece el sueño profundo.
  • Revisar tus hábitos televisivos, los famosos «late night»suelen terminar de madrugada, a tan sólo 5 ó 6 horas del ring del despertador. Si te atrapan estos shows, busca un sustituto, puedes escuchar música, charlar, cenar con amigos, leer, darte un baño, pedir un masaje a tu pareja, escribir o hacer alguna manualidad… échale imaginación a la vida!

Prueba estas recomendaciones y espero que, a partir de entonces, tengas largos y dulces sueños.

Y para los papás interesados en el insomnio infantil os recomiendo la lectura de este excelente artículo de la Universidad de Navarra.

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