En Psicoterapia Gestalt consideramos la ansiedad y estrés como un mero síntoma, el principal síntoma del malestar psicoemocional.

Pero ¿qué pasa si eliminamos el síntoma de nuestro malestar? Si eliminamos completamente el estrés o la ansiedad, estamos eliminando nuestro termómetro emocional, nuestra posibilidad de darnos cuenta de que algo, interiormente, no va bien.

De modo que cuando tengamos ansiedad o estrés, lo primero que tenemos que hacer es, mal que nos pese, darle la bienvenida, porque contiene información sobre nosotros que es vital para nuestra mejoría y bienestar.

De hecho, está científicamente probado, que hay un nivel de ansiedad, por debajo del cual: los reflejos, la concentración, la atención, la memoria y el rendimiento caen estrepitosamente.

Por ejemplo, un deportista necesita cierto nivel de ansiedad para hacer frente a una prueba física, o un estudiante necesita cierto nivel de estrés para motivarse lo suficientemente para afrontar un examen o un actor de teatro requiere cierto nivel de nerviosismo y excitación para entregarse en su papel.

Por tanto, un poco de ansiedad es necesaria. Ahora bien, un exceso de ansiedad también perjudica nuestro rendimiento, llegando incluso a bloquearnos.

Todas las emociones permanecen en nuestro organismo por Selección Natural, y se ha demostrado que la ansiedad también

De modo que un poco de ansiedad Sí, por favor, pero ni mucha ni poca.

Generalmente cuando los pacientes vienen a consulta por situaciones de ansiedad, lo que pretenden es que el terapeuta les enseñe a relajarse y a mitigar la ansiedad. Sabemos que el tópico de la “relajación”, como solución a todos los problemas relacionados con la ansiedad, ha estado sobrevalorado. Es una especie de pan para hoy.

Lo curativo es aprender a tolerar un cierto grado de ansiedad sin malestar, sin sufrimiento. De la misma manera que toleramos un poco de frío en invierno, un poco de hambre antes de las comidas y un poco de sueño por las mañanas y no tenemos la sensación de tener sufrimiento por frío, sueño o hambre.

Por esta razón, la cuestión que abordamos en psicoterapia, más que la ansiedad en sí misma, es la «sensibilidad a la ansiedad«:
Es la tendencia a experimentar miedo ante los síntomas de ansiedad y se asocia a la creencia interior de que tales síntomas tienen consecuencias peligrosas.

Por ejemplo, cuando un ascensor se para, casi todo el mundo experimentan un cierto grado de ansiedad, que aumenta a medida que se prolonga el tiempo de parada. Pero algunas personas se asustan de su propia ansiedad, comienzan a percibir fuerte y nítidamente los latidos de su corazón, tienen sudoraciones, un nudo en el estómago…y tienen el presagio de que todo eso va a ir a peor, de que no van a poder soportar esas sensaciones. Al mismo tiempo, les pueden invadir pensamientos de posibles catástrofes ligadas al hecho de que el ascensor se haya parado.
Estas personas, tienen una gran sensibilidad a la sensación de ansiedad.

De hecho la sensibilidad a la ansiedad es un factor de riesgo para los trastornos de ansiedad. Nuestro objetivo en terapia, en muchos de los casos, puede ser aumentar la tolerancia a la ansiedad.

Una de las dificultades por las que atraviesa una persona intolerante a la ansiedad es la falta de contención de sus emociones y reacciones. Contener las emociones no es más que ser capaz, de sentirlas, legitimarlas, expresarlas y tolerarlas. Seguramente de niño no le ayudaron a canalizar sus emociones de forma saludable, ya que es el adulto el que ha de ayudar al niño a reconocer su emoción para poder tolerarla. Un paciente que no tuvo esa contención en la infancia, no puede mantener dentro de sí emociones y sensaciones que no le permitieron sentir de niño.

Muchas mejorías de síntomas suceden durante la terapia porque es un espacio básico de contención. El paciente de repente empieza a darse cuenta, por sí mismo, de que es capaz de sentir ciertas emociones sin experimentar miedo, ni bloqueo o huida. Ya que evitar determinadas emociones y síntomas es lo que produce una patología o trastorno.

En Psicoterapia Gestalt no pretendemos modificar al sujeto, sino que descubra sus propias herramientas para poder hacer más tolerable su ansiedad ¿Cómo? Contactando con ciertas sensaciones que fueron desatendidas y por tanto olvidadas. Contactaremos a través de los sentidos, aquí y ahora, aliándonos con las actuales excitaciones e inhibiciones de la persona para manejarlas en su propio beneficio.

El paciente, al concluir un proceso terapéutico, debería tener una mayor capacidad para contener su ansiedad, sin desarrollar síntomas por ello. Es decir, debería tener un mayor autoapoyo, pues esa capacidad de autoapoyo es lo que falta a un paciente con un trastorno de ansiedad.