El presente artículo enlaza con el recientemente publicado «cómo reducir el miedo a perder el trabajo» en el cual dejábamos en el aire un interrogante: ¿cómo es posible que las poblaciones que viven períodos de guerra armada, muestren menos síntomas neuróticos que durante los períodos de paz?
La respuesta es muy sencilla: viven centrados únicamente en el presente, en el día a día. Un presente tremendamente difícil y doloroso, que les obliga a desprenderse de condicionamientos del pasado y anticipaciones del futuro. Las duras circunstancias emplazan al individuo cubrir únicamente las necesidades básicas e inmediatas.
Mientras tanto, nosotros sufrimos de acuerdo a creencias aprendidas en el ayer que nos obligan a preocuparnos constantemente del mañana, y nos impiden ocuparnos del presente.
Sin embargo aquellos centrados únicamente en el presente, aman, lloran, comparten, trabajan, luchan, ríen, sufren, únicamente en el «aquí y ahora». No pueden vivir PRE-OCUPADOS de su futuro porque éste es incierto, de modo que viven únicamente OCUPADOS de su día a día.
Y para muestra un botón: hace tiempo se publicó un estudio que demuestra que las personas que tienen miedo a perder el empleo, sufren más ansiedad y estrés que las desempleadas!
Esta explicación enlaza con la conocida «pirámide de necesidades de Abraham Maslow», en la que se establece una jerarquía de deseos y necesidades humanas, de modo que según se satisfacen las necesidades más básicas (descanso, alimento, salud) se desarrollan necesidades más elevadas (afecto, relaciones sociales, autorrealización profesional), y sólo se atienden necesidades y motivaciones superiores cuando se han satisfecho las más básicas. Y es precisamente atendiendo estas motivaciones y deseos de la parte superior de la pirámide (reconocimiento social, autoestima, autorrealizacón etc.) cuando aparece el estrés y la ansiedad.
Con esta reflexión, no pretendo que cambiemos nuestra manera de concebir la vida de un plumazo, tan sólo quisiera contribuir a ampliar un poco nuestro ángulo de visión sobre nuestras vivencias con el objetivo manejar mejor las emociones que emanan de las mismas. Pues en la medida que incorporemos nuevas ideas sobre nuestra propia experiencia podremos flexibilizar nuestros sentimientos, y así nos sentiremos menos presos de los mismos.
Finalmente, si esta reflexión te ha parecido poco para lo mucho que te supone el miedo a perder tu trabajo, te avanzo que pronto te propondré nuevas pautas para encarar mejor ese miedo.
Cuanta razón! precisamente una vez leí que la ansiedad y la depresión son típicas de las sociedades industrializadas, y que en los países llamados «tercermundistas» apenas había
Pues sí, así es, en ocasiones, cuantas más opciones tenemos para ser felices, (así como el exceso de estímulos) más enfermamos, porque nos obligamos a elegir y a a tomar decisiones constantemente y eso nos estresa porque nos hace cuestionarnos constantemente si «¿habremos elegido bien?»
En cualquier caso, vivimos donde vivimos, y eso no lo vamos a cambiar, y tiene muchas ventajas!no debemos quejarnos, lo importante es que nos demos cuenta de las trampas de nuestra manera de pensar para para verlas venir y… no caer en ellas 🙂
Un abrazo y gracias por tus palabras