Hay viajeros que eligen avanzar en compañía.
Viajeros que no quieren sentirse juzgados, ni que les instruyan o les vigilen. Tampoco buscan que les muestren el camino, ni que les reprendan por si se caen.
Sólo buscan un compañero incondicional que camine a su lado. Un aliado que al tener lupa, prismáticos y puntero, pueda señalar los puntos ciegos del camino.
Ese aliado invitará, en ocasiones, al viajero a mirar atrás para que se dé cuenta de que, a veces, ha elegido caminar por las partes más abruptas.
Otras veces le indicará que, efectivamente, optó por el mejor trayecto.
Pero, como buen compañero, siempre respetará el ritmo del viajero y siempre seguirá su brújula, pues nadie más que el propio viajero, sabe cuál es su propio horizonte.
Quizá, en ocasiones, le asalten dudas, le venza el cansancio, le falte empuje para seguir avanzando. En ese caso, su fiel compañero despejará nubes, será bastón o acicate cuando la situación lo requiera.
Así que, “viajero”, si estás dispuesto a emprender camino, te ofrezco esa compañía incondicional, la compañía del terapeuta.